Aunque La isla del doctor Moreau si llegó a rodarse, todavía a día de hoy, su rodaje es recordado como uno de los más infames de la industria.
La película estrenada el 23 de agosto del año 1996 es la última adaptación de la novela «La isla del doctor Moreau» escrita por H.G Wells y publicada en 1896.
En 1932, Erle C. Kenton se lanzó a la tarea de llevar esta historia al cine con «La isla de las almas perdidas«. Esta película contó con Charles Laughton en el papel principal y nos presentó una visión temprana de las horripilantes criaturas híbridas del Dr. Moreau.
Luego, en 1977, Don Taylor se atrevió a traer nuevamente a la vida al famoso doctor en «La isla del Doctor Moreau». Esta vez, contó con el talento de Burt Lancaster y Michael York para dar vida a los personajes principales.
Richard Stanley, el elegido para llevar a cabo la adaptación
A principios de los 90 Richard Stanley, con tan solo 30 años, se había convertido en el nuevo genio del cine de terror independiente gracias a películas como «Hardware» y «El demonio del desierto«. En ese momento la productora New Line se fijó en él y vio su potencial para convertirlo en una estrella del cine, ofreciéndole un contrato millonario para desarrollar el proyecto de sus sueños.
Imagínate la emoción de Stanley cuando vió esta oportunidad de dar vida a una idea que había perseguido desde su infancia: adaptar una de las novelas más famosas de H.G. Wells. Stanley tenía una visión oscura y adulta de la historia, sin concesiones, donde explotaría al máximo la grotesca fusión entre humanos y animales propuesta en el libro. Su visión sería mucho más explícita que las versiones anteriores que se habían hecho para el cine.
La productora depositó su confianza en el director y el proyecto echa a andar. Sí, al principio todo parece ir sobre ruedas.
La producción de ‘La isla del Doctor Moreau’ se convirtió en un verdadero caos cuando Val Kilmer, quien en ese entonces se creía el rey del mundo después de su papel en ‘Batman‘, se unió al elenco.
La cosa empezó mal desde el principio. Kilmer llegó tarde al rodaje, ni más ni menos que dos días después de lo acordado. Y para colmo, se negó por completo a seguir el guión que Richard Stanley y Ron Hutchinson habían escrito para su personaje, Montgomery.
Pero eso no es todo. Marlon Brando y Kilmer, desde el primer momento, comenzaron una especie de guerra fría entre ellos, generando un ambiente tenso y cargado de confrontaciones. Kilmer incluso llegó a exigir cambios en el reparto y reducir su carga de trabajo en 40 días.
Stanley se encontraba bajo una gran presión cuando tuvo apenas dos días para convencer a la productora de que era capaz de llevar a cabo un proyecto de tal envergadura. Desafortunadamente, no logró persuadirlos. El comienzo del rodaje fue un auténtico desastre, tanto que al segundo día, la productora decidió tomar medidas drásticas y reemplazarlo. Sin perder tiempo, lo embarcaron en un avión de regreso a casa. Sin embargo, lo que nadie esperaba es que Richard Stanley desapareciera por completo.
Mientras tanto, la naturaleza se ensañaba con el equipo de rodaje, con lluvias torrenciales y vientos huracanados azotando el set. Mientras se decidía si se retomaba la producción o no, los extras, ataviados como criaturas animales, decidieron hacer su propia fiesta de desenfreno y pasión en medio de ese paraíso australiano perdido en la inmensidad. Después de todo, no tenían mucho más que hacer en esas circunstancias.
Y aparece John Fankenheimer para tomar el relevo en la dirección
Los gastos derivados de detener el rodaje eran insostenibles, por lo que se embarcaron en la búsqueda de un sustituto dispuesto a asumir el proyecto por una compensación económica moderada. En ese momento, John Frankenheimer se ofreció como voluntario para asumir la responsabilidad. Sin embargo, desconocía por completo en qué se estaba metiendo.
La tensión entre él y Val Kilmer fue tan palpable que Frankenheimer aseguró que bajo ninguna circunstancia volvería a trabajar con Kilmer, incluso si le pidieran dirigir su propia biografía. Además, su relación con Marlon Brando no fue nada fácil. Indignado, Brando comenzó a caracterizar a su personaje de formas cada vez más excéntricas. Se negaba a aprenderse sus líneas de diálogo y exigía que se las dictaran a través de un auricular. Además, insistía en ingresar al set antes que Kilmer.
Con tantos obstáculos en su camino, muchas de las escenas tuvieron que ser filmadas con un doble, mientras Brando utilizaba a Nelson de la Rosa, conocido como el actor más pequeño del mundo con una altura de 70 centímetros, como un arma arrojadiza contra sus compañeros. De hecho, De la Rosa llegó al extremo de propinar un puñetazo en la entrepierna al actor alemán Marco Hofshneider. La tensión en el set era palpable, con conflictos y situaciones inesperadas que iban más allá de lo que cualquiera podría imaginar.
La reaparición de Richard Stanley
Frankenheimer luchó por ganarse el respeto en el set, pero según cuenta Fairuza Balk, quien interpretó a Aissa en ‘La isla del Doctor Moreau‘, solo logró imponerse a base de gritos y malas formas, lo que deterioró aún más su relación con el equipo. Incluso tuvo enfrentamientos con un extra vestido como una criatura antropomorfa que, una y otra vez, arruinaba las tomas. Parecía que lo hacía a propósito, de forma deliberada. Pero la producción finalmente descubrió la verdadera identidad de ese extra problemático: se trataba de Richard Stanley ( si, el mismo director despedido anteriormente ) en persona.
Durante días, Stanley había estado merodeando por la selva, esperando el momento oportuno para regresar al rodaje y llevar a cabo su ingeniosa venganza. Una revelación sorprendente que agregó aún más caos y drama a esta tumultuosa producción cinematográfica.
Han pasado más de veinticinco años y la leyenda que rodea el desastre de ‘La isla del Doctor Moreau‘ es simplemente insuperable.