Acompañemos al detective John Trent ( Sam Neil ) por el siniestro ( y lleno de «raritos» ) pueblo de Hobb’s End, para investigar la misteriosa desaparición del escritor Sutter Cane ( Jürgen Prochnow ), a través de esta historia de terror que nos presenta «En la boca del miedo»
En la boca del miedo, dirigida por el gran John Carpenter, se estrenó en 1995 a nivel comercial, aunque hizo su primera aparición en diciembre de 1994 en un festival en Italia. Si bien la recaudación en taquilla fue una decepción, si consiguió por lo menos recuperar su inversión.
Estamos ante uno de los muchos casos de una película que no ha conseguido funcionar en taquilla, pero que con el paso del tiempo se ha ido valorando como es debido y es sin dudas una de las imprescindibles dentro del género de terror
La sinopsis de la película es la siguiente:
El éxito de Sutter Cane, un famoso escritor de novelas de terror, no tiene parangón. Pero, inesperadamente, poco antes de entregar a su editor su última novela, desaparece sin dejar rastro. Al mismo tiempo, algunos de sus fans se están volviendo inexplicablemente violentos. Para encontrar a Cane, el editor contrata al detective John, que está convencido que todo es un montaje publicitario para promocionar el próximo libro del novelista; sin embargo, no tardará en descubrir que está completamente equivocado.
¿Qué es real?
Durante toda la película se juega con los límites de la realidad y la ilusión, hasta llegar a un punto en el que ni nosotros mismos sabemos si lo que estamos viendo es real o una ilusión de nuestro protagonista, que parece estar sucumbiendo a la locura.
Es una historia que, en algunas ocasiones roza el desequilibrio o el surrealismo puro. Es magnífica la destreza de Carpenter, ayudado en labores de dirección artística por Jeff Ginn y Peter Grundy, a la hora de crear un pueblo tan de Stephen King y una atmósfera tan lovecraftiana, en los que el detective Trent se internará sin posibilidad de regresar.
Sam Neill está soberbio como John Trent. Realmente soporta el peso dramático de la película como el que respira, y contribuye (gracias, también, a sus afilados diálogos) con un punto de ironía, hasta de socarronería, muy de agradecer, que aporta verosimilitud a un relato tan descabellado como este.
En mi humilde opinión en la boca del miedo es una de las mejores películas de Carpenter junto a La cosa y Vampiros.